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Por: Richbell Meléndez

 

La infalibilidad de la Iglesia es creer que la Iglesia está protegida de caer en el error cuando enseña oficialmente o magisterial, el catecismo de la Iglesia Católica lo explica de la siguiente manera:

 

“… Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).” (Catecismo de la Iglesia #891)

 

Ciertamente esta doctrina es rechazada por el protestantismo, ellos no pueden reconocer que Dios otorgo infalibilidad a la Iglesia y sobre todo al sucesor de San Pedro el Obispo de Roma como lo dice también el Catecismo "El Romano Pontífice, cabeza del colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral” (CEC #891)

 

Lo anterior es inconcebible en el protestantismo, dado que si aceptan que el Papa es infalible al igual que la Iglesia, entonces aceptarían que es un error, no aceptar las enseñanzas que esta ha transmitido oficialmente por medio de él. Ya que sabemos que los protestantes solo pueden aceptar las enseñanzas que ellos “comprendan” o que “bajo su interpretación personal” se encuentren en las Escrituras.

 

Es por lo anterior que suelen alegar que “el único INFALIBLE solo es Cristo y no nosotros, - sin excepción-.” (Wuiston Media, ¿Son infalibles los pastores?) Aunque en la práctica cada protestante se atribuye infalibilidad inconscientemente al tratar de defender su interpretación particular de la Escritura rechazando la interpretación que ya la Iglesia ha dado. Ya esto lo vemos en los escritos de Martín Lutero quien alegaba que los santos se podían equivocar pero que él no, porque enseñaba cosas divinas:

 

“Aunque los santos Cipriano, Ambrosio y Agustín; aunque San Pedro, San Pablo y San Juan; aunque los ángeles del cielo te enseñen otra cosa, esto es lo que sé de cierto: que no enseño cosas humanas, sino divinas; o sea, que (en el negocio de la salvación) todo lo atribuyo a Dios, a los hombres nada” (Weimarer Ausgabe 17,2 p.28)

 

Además, solo en teoría los protestantes creen que Cristo o Dios es el único que puede ser llamado infalible o poseer infalibilidad, porque cuando un teólogo protestante va a hablar de la inspiración de los hagiógrafos o la inerrancia de la biblia, reconoce como infalibles a los escritores sagrados, veamos lo que nos dice el teólogo reformado Charles Hodge:

 

Subyace en la misma idea de la Biblia que Dios escogió a unos hombres para que escribieran historia, a otros para que compusieran salmos; a otros para que desvelaran el futuro; a otros para que enseñaran doctrinas. Todos fueron igualmente sus órganos, y cada uno fue infalible en su propia esfera.” (Teología sistemática: Teología reformada clásica)

 

Como ven cuando se trata de hablar de la Iglesia y el Papa el protestante alega que solo Dios es infalible, pero cuando se trata de hablar de los hagiógrafos si se permite hablar de infalibilidad cuando estos escribieron. Si el protestante comprendiera que del mismo modo que los hagiógrafos fueron infalibles en un determinado momento para una determinada labor como lo fue escribir las Sagradas Escrituras, de ese modo podría comprender que el Papa y la Iglesia son infalibles en determinados momentos cuando enseñan oficialmente.

 

Por eso tenemos garantía de que la Iglesia custodia el depósito de fe que nos es transmitido a través de los siglos por medio del Magisterio en comunión con el Papa, Obispo de Roma sin error alguno. De eso se trata la infalibilidad de la Iglesia.

 

De hecho, el creer en la infalibilidad de la Iglesia no es algo que uno de los principales lideres del protestantismo negara, porque el mismo Juan Calvino llego incluso a conceder una cierta infalibilidad a la Iglesia.

 

Nosotros admitimos que la Iglesia no puede errar en las cosas necesarias para la salvación, pero entendido en el sentido de que la Iglesia al no hacer caso de toda su sabiduría se deja enseñar por el Espíritu Santo y por la Palabra de Dios.” (Institución de la religión cristiana. Libro IV, cap VIII, 13)

 

Entonces aun dentro del protestantismo existía una creencia en cierta infalibilidad de la Iglesia, solo que la limitaban, mientras que el cristianismo antiguo, abarca ampliamente a lo que la Iglesia define y enseña con autoridad.

 

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Por: Richbell Meléndez

 

Argumento protestante: El título de María como "abogada" es otro invento del catolicismo romano para idolatrar a María.

 

Respuesta Católica: El título de María como "Abogada” fue usado con referencia a la Virgen María desde los primeros siglos del Cristianismo. Antes de Constantino, por cierto.

 

Tenemos por ejemplo el testimonio de San Ireneo de Lyon (Siglo III) que en su obra "Contra los herejes" usa el título de abogada aplicado a María.

 

"... así como aquélla [Eva]  fue seducida por la palabra del ángel para que huyese de Dios prevaricando de su palabra, así ésta por la palabra del ángel fue evangelizada para que portase a Dios por la obediencia a su palabra, a fin de que LA VIRGEN MARÍA FUESE ABOGADA de la virgen Eva; y para que, así como el género humano había sido atado a la muerte por una virgen, así también fuese desatado de ella por la Virgen..." (Ireneo de Lyon. Adversus Haereses (Contra los herejes) V, 2.6)

 

San Efrén de Siria (Siglo IV) nos da el siguiente testimonio.

 

"Dios te salve, conciliadora de todo el orbe, ABOGADA amiga de pecadores" (S. Ephraem Syri testim. de B. M. V. -mediatione, ETL, an. IV, fase. 2, ap. 1927).

Así mismo tenemos también el testimonio de San Bernardo de Claraval (Siglo XI)

 

 "Nuestra peregrinación envió por delante a una ABOGADA que, como Madre del Juez y Madre de misericordia, tomara sencilla y eficazmente como suyo el negocio de nuestra salvación" (Serm. 1, De Assumpt. B. Virginis)

 

En el siglo XIII encontramos este escrito de San Buenaventura.

 

"Honra cuanto te sea posible a la gloriosa Reina, Madre bendita del Señor, y en todas tus necesidades acude a ella como a refugio segurísimo; TOMÁNDOLA COMO ABOGADA TUYA, encomiéndala tus cosas devota y confiadamente, porque es Madre de misericordia, esforzándote a diario en ofrecerla especial reverencia" (Memorialium, epist. 25.)

 

En ese mismo siglo encontramos también el testimonio de Raymundo Jordan, Canonigo Reglar de Uzes.

 

"La Santísima Virgen, así como es reina de todos, es también patrona y abogada, y cuida de todos. ELLA ES NUESTRA ABOGADA PARA CON EL HIJO, como el Hijo lo es para con el Padre; más aún, ella recomienda nuestros negocios y peticiones al Padre y al Hijo" (De contemplatione B. V., prol.)

 

Del mismo modo, en el siglo XV tenemos el testimonio de Dionisio el Cartujano

 

"Y ciertamente convenía mucho que la Bienaventurada Virgen tuviese el don de profecía, puesto que fué constituida por su Hijo Madre y ABOGADA, Reina y guarda, Protectora y ayudadora de la Iglesia militante; presupuesto lo cual, convenía que de lo alto le fuesen reveladas muchas cosas acerca de su estado, proceso y futuros acontecimientos, para que por el conocimiento de aquéllos procurase más el bien de la Iglesia y orase sin intermisión por la salvación de los fieles, por el aumento de los creyentes y por la plena perseverancia de los convertidos" (Dionisio el Cartujano, De laúd. glor. Virg. Mariae, 1. II. a. 18.)

 

Como pueden ver el título de "Abogada" se le da a María desde los primeros siglos del Cristianismo, es decir, mucho antes de que aparecieran los protestantes en el siglo XVI.

 

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Por: Richbell Meléndez
La infalibilidad del Papa es unos de los dogmas de la Iglesia que es poco comprendido tanto por católicos como por protestantes, esta doctrina proclamada como dogma de fe en el año 1870 durante el Concilio Vaticano I es definida de la siguiente manera:
“El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.” (Constitución dogmática «Pastor aeternus»)
Dicha definición fue cuestionada en el pasado por algunos obispos católicos quienes, al no aceptar la definición del dogma, decidieron separarse de la Iglesia ocasionando así un cisma y dieron origen a los Veterocatolicos o viejos católicos. Algunas de sus ideas también fueron seguidas por teólogos heterodoxos como el fallecido Hans Kung.
A pesar de las oposiciones de los Veterocatólicos y las opiniones de teólogos heterodoxos, la Iglesia se basó en muchas razones para proclamar como dogma la infalibilidad papal, una de estas razones seguramente fue el testimonio del teólogo del siglo XIV Guido Terrena, carmelita y teólogo de tradición tomista.
Muchos teólogos católicos al tratar el desarrollo histórico del dogma de la infalibilidad del Papa, han mencionado que Guido Terrena es el primero en emplear el término “infalibilitas” (infalibilidad) en el vocabulario teológico y eclesiástico.
“Me parece que para salvaguardar la certeza y la infalibilidad de la fe cristiana [ad salvandum certitudinem et infallibilitatem fidei christianae], así como la estabilidad de la autoridad de la Iglesia, la segunda opinión es la verdadera [...], es decir, que el Señor papa, a cuya autoridad corresponde determinar mediante sentencia y declarar lo que toca a la fe, no puede, con el consejo de los señores cardenales, equivocarse; por consiguiente, que las cosas determinadas a propósito de lo que toca a la fe católica no pueden ser revocadas por un sumo pontífice posterior; de lo contrario, no podría haber una fe firme en las cosas que hubieran sido establecidas por la Iglesia sobre la fe, como se ha probado” (Quaestio de magisterio infallibili romani pontificis,)
Si miramos la definición del Concilio Vaticano I al proclamar la infalibilidad del Papa y lo comparamos con esta enseñanza de Guido Terrena podemos ver muchas similitudes, aunque lo de Terrena fue una opinión teológica cuando lo menciono en el siglo XIV, dio un gran aporte para lo que sería definido posteriormente como el dogma de la infalibilidad del Papa en el siglo XIX.
Por lo anterior es que podemos concluir junto a P. De Vooght que: “la Quaestio de Terrena es, con mucho, lo más explícito y elaborado que se ha escrito en su época sobre la infalibilidad pontificia (…) Al custodio indefectible de la fe sin error lo ha calificado Terrena, sin duda por primera vez en la historia de la teología, con una palabra llamada a tener un gran porvenir: el Papa es infalible.” (Esbozo 96)
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Por: Richbell Meléndez

 

Los apologistas protestantes no se dan cuenta, pero, aunque para ellos el tema del origen, desarrollo y formación del canon bíblico, así como la cantidad de libros que debe contener la biblia no es importante, deben saber que si lo es. Como dijo una vez un ex pastor protestante (parafraseando) "como iba a comprender la doctrina católica, si a mi biblia le faltaban libros"

 

Y esto es muy cierto, tal es el caso de la doctrina de la intercesión de los santos y ángeles. Una doctrina cuyo fundamento bíblico se encuentra de manera implícita y explicita-mente en la Escritura. Sin embargo, el protestante niega las pruebas bíblicas que se encuentran de manera implícita en la Escritura y no reconoce las pruebas explicitas en la Escritura, porque sencillamente quitaron estos libros de su biblia.

 

Veamos 2 textos de la Sagrada Escritura que no encontrara en las Biblias protestantes porque le han eliminado estos libros, pero que presentan de manera explícita la intercesión de los santos y ángeles.

 

En el Libro 2 de Macabeos, encontramos el testimonio bíblico de Jeremías (quien ya no está en la tierra) intercede por su pueblo:

 

"Su visión fue tal como sigue: Onías, que había sido sumo sacerdote, hombre bueno y bondadoso, afable, de suaves maneras, distinguido en su conversación, preocupado desde la niñez por la práctica de la virtud, suplicaba con las manos tendidas por toda la comunidad de los judíos.

Luego se apareció también un hombre que se distinguía por sus blancos cabellos y su dignidad, rodeado de admirable y majestuosa soberanía.

Onías había dicho: «Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo y por la ciudad santa, Jeremías, el profeta de Dios.»" 2 Macabeos 15, 12-14 (Biblia de Jerusalén 1976)

 

Acerca de la intercesión de quienes están en el cielo podemos leer, por ejemplo, sobre la intercesión del Arcángel Rafael:

 

"«Os voy a decir toda la verdad, sin ocultaros nada. Ya os he manifestado que es bueno mantener oculto el secreto del rey y que también es bueno publicar las obras gloriosas de Dios.

Cuando tú y Sarra hacíais oración, era yo el que presentaba y leía ante la Gloria del Señor el memorial de vuestras peticiones. Y lo mismo hacía cuando enterrabas a los muertos.

Cuando te levantabas de la mesa sin tardanza, dejando la comida, para esconder un cadáver, era yo enviado para someterte a prueba.

También ahora me ha enviado Dios para curarte a ti y a tú nuera Sarra.

Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor». Tobías 12, 11-15 (Biblia de Jerusalén 1976)

 

Ahora que hemos visto estos 2 testimonio bíblicos que muestran de manera explícita la intercesión de los santos y ángeles, deberíamos saber si estos testimonios fueron tomados en cuenta por los cristianos de los primeros siglos, para sorpresa de los protestantes quienes rechazan estos libros, Orígenes de Alejandría (siglo III) hizo uso de estos libros para defender la doctrina de la intercesión de los santos.

 

Es sorprendente para toda persona que busca en la patrística, la practica de la intercesión de los santos se da cuenta que podemos encontrar a Orígenes defendiendo la Doctrina de la Intercesión de los santos con base en los libros de Macabeos y Tobías que fueron retirados de la Biblia protestante. Lea lo que escribe el teólogo:

 

"Pero oro con los que rezan realmente - no sólo el Sumo Sacerdote (Cristo), sino también a los ángeles que" gozo en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos personas que no necesitan de arrepentimiento " y también las almas de los santos que ya descansan.

Dos instancias lo hacen claro. La primera es donde Rafael ofrece su servicio a Dios para Tobit y Sarah. Después de que ambos oraran, la Escritura dice: "A la misma hora, la oración de los dos fue oída ante la gloria de Dios. "Y Rafael fue enviado para curar a ambos." (Tb 3,16-17), y el propio Rafael, al explicar su misión angélica al mando de Dios para ayudarlos, dice: "Incluso ahora, cuando oraste, y Sara, su nuera, trajo el memorial de tu oración ante el Santo ", y luego," Yo soy Rafael, uno de los Siete ángeles que presentan las oraciones de los santos y asisten a la presencia del Señor. "Así, según el relato de Rafael, presenta al menos, la oración con ayuno, la limosna y la justicia como una buena cosa.

 

El segundo ejemplo está en los libros de los Macabeos, donde Jeremías aparece excediendo "gloria de cabellos blancos" de modo que una autoridad maravillosa y majestuosa estaba sobre él, y extendió su mano derecha y ofreció a Judas una espada de oro, y hay testigos de otro santo ya en reposo, diciendo: "Este es el que reza mucho por el pueblo y la ciudad sagrada, el profeta de Dios, Jeremías" (II Macabeos 15,3). (...)

 

Ahora bien, una de esas excelencias, en el sentido más estricto de acuerdo con la Palabra Divina, es el amor al prójimo, y así estamos obligados a pensar que estamos poseídos [de amor] en un grado mucho más elevado por santos ya en reposo que por los que están en la debilidad humana y luchan junto con los más débiles. No es sólo aquí que "si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él y si un miembro es glorificado, todos los miembros se regocijen con él" en la experiencia de aquellos que aman a sus hermanos pues también hay el amor de los que están más allá de la vida presente para decir: "Tengo ansiedad por todas las iglesias.". (...)

 

No en vano los ángeles de Dios ascienden y descienden hasta el Hijo del Hombre, contemplando los ojos que fueron iluminados con la luz del conocimiento. En la propia temporada de oración, por lo tanto, siendo recordados por el suplicante de sus necesidades, ellos satisfacen cómo ellos tienen capacidad en virtud de su comisión general. (...)

 

Así podemos suponer que la presencia de los ángeles que ejercen supervisión y ministerio para Dios es a veces traído en conjunto con un suplicante particular, a fin de que ellos puedan unirse en respirar sus peticiones. Por otra parte, siempre el rostro del Padre en el cielo y mirando a la divinidad de nuestro creador, el ángel de todos los hombres, incluso los "pequeños" en la iglesia, rezar con nosotros, y actúa con nosotros como sea posible, por los objetivos de nuestra oración. "(Orígenes de Alejandría, tratado sobre la oración, 11,1-4)

 

Es así como comprendemos la importancia de reconocer el canon bíblico correcto con los libros que son considerados Palabra de Dios.

 

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Por: Richbell Meléndez

 

Quizás muchos no comprendan el título de este artículo, por eso procedo a explicarlo, como muchas veces he explicado el término "apócrifo" a lo largo de la historia del cristianismo, se le han dado diversos usos dependiendo el contexto en que este se use.

 

Por eso podemos ver que hay escritores cristianos que se refieren como "apócrifos" a aquellas obras que contenían herejías y nunca llegaron a formar parte de las listas conciliares sobre el canon bíblico, como es el caso de los "evangelios apócrifos".

 

Aunque también el término "apócrifo" se utilizó para referirse a aquellos escritos que se tuvieron en discusión durante mucho tiempo, pero que si aparecen en las listas conciliares sobre el canon bíblico desde Roma (382) hasta Trento (1546), estos libros también fueron llamados "eclesiásticos" o "antilegomena" antes de conocerlos con el término "Deuterocanónico".

 

Lo dicho anteriormente muchas veces es ignorado por los apologistas protestantes, los cuales cometen el error de generalizar el término "apócrifo" a la categoría de los "evangelios apócrifos" para considerar todo escrito apócrifo como no inspirado y de esta manera concluyen: si los deuterocanónicos son llamados apócrifos es porque no fueron inspirados ni considerados Sagrada Escritura.

 

Este error se lo he hecho saber a muchos protestantes con los que he tratado este tema, pero aún siguen sin entender y se empeñan en defender su razonamiento errado.

 

Pero ahora quiero dar una evidencia más de que no por llamar a un libro "apócrifo" inmediatamente se está considerando que no es "Escritura Sagrada" o que no es inspirado por Dios.

 

De hecho, gracias a las investigaciones históricas que se han realizado, se ha descubierto que contrario a lo que los protestantes modernos creen normalmente, el protestantismo en su mayoría desde sus inicios no rechazaba los deuterocanónicos aunque le llamaran apócrifos. Solo lo hacía una minoría.

 

Esto se deduce del hecho de que las primeras biblias protestantes contenían los libros deuterocanónicos, así mismo en ellas encontramos referencias paralelas entre los protocanónicos y los deuterocanónicos.

 

Pero aún más tenemos el testimonio de John Whitgift un arzobispo anglicano (protestante) del siglo XVI quien defendió la inclusión de los libros deuterocanónicos a los cuales consideraba Escritura Sagrada, de aquellos presbiterianos que querían eliminarlos de la Biblia King James. Estas fueron las palabras de John Whitgift:

 

“Las Escrituras, aquí llamadas apócrifas, abusiva e indebidamente, son escritos sagrados, libres de error, parte de la Biblia”. (John Strype, The Life and Acts of John Whitgift, D.D. (Oxford: Clarendon Press, 1822), 137.)

 

Podemos ver un claro testimonio donde un protestante inglés del siglo XVI defiende los libros deuterocanónicos aunque los llama "apócrifos" podemos decir que hasta piensa que el término es abusivo e indebido, dado que estos escritos son escritos sagrados, libres de error y parte de la biblia.

 

Lo anterior solo sigue confirmando lo que los apologetas católicos desde hace dos siglos venimos explicando a los protestantes, quienes decidieron mutilar su biblia, por lo que ahora muchos protestantes modernos creen que su biblia de 66 libros es la "biblia completa" cuando en realidad es una biblia incompleta en palabra de los eruditos.

 

La Biblia completa es la que incluye los libros deuterocanónicos, porque siempre han sido reconocidos por el Cristianismo como Escritura Sagrada y parte del canon bíblico.

 

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