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10 de enero de 2022 - 12:01 PM
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
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El Papa Francisco advirtió este 10 de enero que hay valores permanentes que no debemos olvidar, como el derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad religiosa.
Así lo dijo el Santo Padre durante su discurso pronunciado al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede en la tradicional audiencia para las felicitaciones del nuevo año.
El Papa señaló a los embajadores que el objetivo de la diplomacia es “ayudar a dejar a un lado los desacuerdos de la convivencia humana, favorecer la concordia y experimentar cómo, cuando superamos las arenas movedizas de los conflictos, podemos redescubrir el sentido de la profunda unidad de la realidad”.
En esta línea, el Santo Padre subrayó la importancia del diálogo porque “es el camino más adecuado para llegar a reconocer aquello que debe ser siempre afirmado y respetado, y que está más allá del consenso circunstancial”.
“Nunca debemos olvidar que hay algunos valores permanentes. No siempre es fácil reconocerlos, pero aceptarlos otorga solidez y estabilidad a una ética social”, dijo el Papa quien añadió que “esos valores básicos están más allá de todo consenso”.
En este sentido, el Santo Padre destacó especialmente los valores del “derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad religiosa”.
“Dios tiene para nosotros planes de paz y no de desgracia, de dar[nos] un futuro y una esperanza. Por eso, no debemos tener miedo de dar cabida a la paz en nuestras vidas, cultivando el diálogo y la fraternidad entre nosotros. La paz es un bien ‘contagioso’, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero”, afirmó el Papa.
De este modo, el Pontífice señaló que “la educación, a través de la cual se forman las nuevas generaciones, que son la esperanza y el futuro del mundo, es el vector principal del desarrollo humano integral, ya que hace a la persona libre y responsable”.
“El proceso educativo es lento y complicado, a veces puede llevar al desánimo, pero nunca se puede abandonar; es una expresión eminente del diálogo, porque no hay verdadera educación que no sea dialógica en su estructura. Asimismo, la educación genera cultura y construye puentes de encuentro entre los pueblos”, advirtió el Papa.
Por último, el Santo Padre recordó que “la Iglesia Católica siempre ha reconocido y valorado el papel de la educación en el crecimiento espiritual, moral y social de las jóvenes nuevas generaciones”.
“Por ello, me resulta aún más doloroso constatar que en diversos ámbitos educativos -parroquias y colegios- se han producido abusos a menores, con graves consecuencias psicológicas y espirituales para las personas que los han sufrido. Son crímenes sobre los que debe haber una firme voluntad de esclarecimiento, examinando los casos individuales para determinar las responsabilidades, hacer justicia a las víctimas y evitar que semejantes atrocidades se repitan en el futuro”, concluyó el Papa.
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Richbell Meléndez. Laico católico dedicado a la apologética a tiempo completo y Subdirector General de la Escuela de Apologética Online DASM.
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Por: Apóstoles de la Palabra
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No todo lo que luce es oro. Lo mismo pasa con la fe: no todo lo que se llama fe, es fe auténtica. Puede haber engaño, trampa… En realidad, para muchos la fe se ha vuelto en un producto comercial. Hay superofertas de fe. Por lo tanto, hoy más que nunca se necesita mucho discernimiento en el campo de la fe.’, ‘ La fe es como un tesoro, que hay que saber buscar y cuidar. Y hay caminos que llevan a ella. Lo importante es no absolutizar un camino, ni darle un valor más grande del que tiene en la realidad.
Caminos o medios para llegar a la fe
– La vista.
“Creo porque veo”, parece que diga este tipo de creyente. La fe por la vista. ¿Y qué se ve? El sol, la luna, las estrellas, la naturaleza que nos rodea (Rom 1,20) y una multitud de creyentes con sus ritos y objetos sagrados.
Consecuencia: “Donde hay algo bonito, llamativo y misterioso, o donde hay gente que cree, allá está Dios”. Lo que no corresponde siempre a la realidad.
– El sentimiento.
“Creo porque siento”. La música, el arte, el teatro, el testimonio y cierta manera de presentar la palabra de Dios, crean emociones y favorecen el desahogo, el olvido y la liberación de ataduras de tipo psicológico.
Consecuencia: “Donde hay emoción, allá está Dios; más emoción y más presencia de Dios”. Es lo que piensan muchos.
– La inteligencia.
“Creo porque pienso”. El razonamiento, la reflexión y la intuición llevan a conclusiones, que rebasan la simple experiencia y observación diarias.
Consecuencia: “Donde hay conocimiento, allá está Dios; el que más sabe, es el que más conoce a Dios”. Si no se añaden otros elementos, puede tratarse de un conocimiento “filosófico” de Dios, muy diferente del conocimiento “experiencial” de Dios.
Peligro: Quedarse con el camino o medio, en lugar de ser un trampolín para llegar a la fe, se puede transformar en una trampa, que atrapa e impide el paso hacia la fe auténtica.
– Idolatría.
En jugar de pasar de la creatura al Creador, el hombre se queda con la creatura: los elementos de la naturaleza considerados como dioses o sus representaciones, las imágenes.
Otro peligro: confundir al hombre que habla de Dios con el mismo Dios o quedarse atrapados por la multitud de los creyentes, como dice el refrán: “¿A dónde va Vicente? Adonde va la gente”.
– Sicologismo.
En lugar de pasar de la emoción pasajera y superficial a la paz profunda y duradera, que puede derivar solamente de un encuentro real con Dios, el hombre se queda con las emociones y busca continuamente nuevas maneras para acrecentarlas, volviéndose dependiente de todo lo que pueda despertar nuevas y más intensas emociones: cantos, aplausos, oración, música, ruidos y testimonios verdaderos o falsos.
Dios, la idea de Dios, se vuelve en un ingrediente más para el cocktel psicológico. Dios se vuelve en un medio más para olvidar los problemas, tener confianza y despertar las emociones. Hasta se habla de teoterapia = terapia (o curación) con Dios.
Para sus adeptos, lo ideal sería vivir continuamente en un estado de conciencia alterado. Igual que los alcohólicos y los drogadictos. Sus encuentros de oración parecen formas de “entretenimiento religioso”.
– Egolatría.
En lugar de ser un medio para llegar a Dios, la inteligencia se pone en el mismo lugar de Dios. Se sigue hablando de Dios, pero no como un Dios personal, creador, salvador y remunerador. El concepto de Dios se desvanece en pura palabrería. Se llega a la religión ficción. Cada quién se esfuerza por inventar su sistema religioso, dando a las palabras y a los conceptos un sentido arbitrario.
La búsqueda de Dios se vuelve en un juego de palabras. En lugar de buscar la verdad, el hombre prefiere incursionar por caminos inéditos, dando origen a nuevos conceptos e inebriándose en ellos. Se deja deslumbrar por sus descubrimientos y busca la salvación en sí mismo, en su capacidad de inventar sistemas de salvación. Siguiendo en este camino, el hombre llega a ponerse en lugar de Dios y a considerarse como Dios mismo.
Otros, manipulando los datos de la fe, llegan sencillamente a identificar a Dios con ciertos valores, entendidos siempre en una manera subjetiva: justicia, paz, libertad, igualdad, dignidad, cultura, ecología, etc. Y se quedan con lo humano, sin llegar nunca a la fe auténtica en el único Dios, que existe realmente y, por lo tanto, puede proporcionar una salvación real.
Cambio de actitud: prueba de autenticidad
¿Cómo podemos saber si alguien llegó realmente a la fe y no se quedó entrampado en el medio? Cuando uno realiza en sí mismo un cambio de actitud en la línea del amor, entonces quiere decir que llegó a la fe auténtica (Mc 1,15; 1Jn 4,7). “Donde hay amor, allá está Dios”, porque “Dios es amor” (1Jn 4,8).
Si no se produce este cambio de actitud, todo el proceso religioso se vuelve ilusión. Puede haber emoción, entusiasmo, euforia, gran cantidad de gente, mucho razonamiento e idealismo, pero no está Dios. En realidad, donde está Dios no puede haber división, presión sicológica, explotación, desprestigio, engaño u odio. No se puede hablar muy bonito de Dios y al mismo tiempo inyectar odio hacia todo lo que se opone a la propia idea de Dios o explotar de una forma indiscriminada a los propios seguidores.
Iglesia Católica
En la Iglesia Católica, para llevar a la fe, por lo general se ha manejado el primer medio (imágenes, procesiones, fiestas, ritos y objetos sagrados) y el tercero (catecismo y textos de teología); muy poco el segundo medio, es decir, el sentimiento. Esto explica cierta tendencia hacia la idolatría en las masas populares y hacia el frío conceptualismo en la gente más culta religiosamente (jerarquía y teólogos), que trata de formar al pueblo a su imagen y semejanza.
Sin embargo, desde hace algún tiempo en los movimientos apostólicos, que representan la vanguardia evangelizadora de la Iglesia, ya se busca un cambio en la búsqueda de los medios para llegar a la fe, haciendo un uso abundante del sentimiento: Movimiento de Renovación en el Espíritu Santo, Movimiento de Cursillos de Cristiandad, Escuela de la Cruz, Encuentros conyugales, etc. Uniendo el sentimiento a la doctrina auténtica, se pueden formar verdaderas comunidades cristianas.
Sectas
En las sectas, generalmente se maneja el primer medio y el segundo, es decir, la vista (gran concentración de gente) y el sentimiento. No falta algún grupo, por ejemplo, la Iglesia Universal del Reino de Dios, que utiliza también objetos sagrados, como el agua bendita, el aceite bendito, la sal bendita, la sangre de Cristo, las flores benditas, etc., en su afán de confundirse con la Iglesia Católica.
Puesto que no cuentan con una base ni racional ni bíblica para justificar la existencia de sus grupos, generalmente las sectas huyen del uso de la razón, resolviéndose todo en un montón de citas, desconectadas entre ellas, y de sueños, visiones y opiniones personales de sus líderes.
Su estilo es esencialmente propagandístico, lleno de slogans, que no resisten al más pequeño análisis racional. Falta de fundamento y coherencia interna. Todo es manipulación. Además, se aprovechan de todo para buscar una legitimación, no teniendo reparo en apoyar a las dictaduras más contradictorias (por ejemplo, el pinochetismo y el sandinismo) o desprestigiar a los demás, inventando, inflando ciertos hechos (por ejemplo, las cruzadas, la inquisición, el caso Galilei, etc.) o tergiversando su sentido. Para las sectas es una ley aquel refrán popular que dice: “En la guerra y en el amor, todo se vale”.
Cuando tratan de presentar una visión sistemática de su fe, el resultado se parece más bien a una religión-ficción que a un verdadero sistema teológico (ejemplo, los testigos de Jehová y los mormones). Por eso rehuyen el diálogo con gente preparada en campo bíblico y teológico. Es que sus afirmaciones no resisten frente a un mínimo de crítica seria.
Equilibrio
Afortunadamente, con la entrada del laicado en la escena de la evangelización, muchas cosas están cambiando dentro de la Iglesia. El lenguaje se está haciendo más inmediato y accesible al gran público de hoy. Además, se está realizando un cierto equilibrio entre la mente, el corazón y los sentidos.
Posiblemente, en este cambio haya influido también la presencia de las sectas. No habría que extrañarse, puesto que este es el papel específico de toda forma de disidencia: poner el acento sobre aspectos olvidados o no subrayados suficientemente. Una vez que haya cumplido con su misión, normalmente tiende a desaparecer (cfr. el comunismo).
Y es lo que esperamos que suceda con las sectas: una vez que logran cuestionar a la Iglesia sobre ciertos aspectos y ésta logre asimilar dichos cuestionamientos, ojalá que se desinflen y desaparezcan.
Religiosidad popular
Al mismo tiempo, como era de esperarse, está cambiando también la religiosidad popular, que se está deslizando de la vista al corazón y a la inteligencia: menos procesiones, menos imágenes y más oración personal, participación en congresos, misiones populares y catequesis presacramental. La misma Biblia está entrando en la praxis de la religiosidad popular.
Aún no se trata de un catolicismo consciente y comprometido, pero hacia allí se está dirigiendo la mirada de las masas populares. Los hermanos “fuertes en la fe” siguen cuestionando y atrayendo con su testimonio a los hermanos “débiles en la fe”. Y ojalá que éstos sigan con la mirada hacia adelante, sin dejarse distraer y atrapar por un sin número de sirenas, que tratan con todos los medios de llamar su atención y desviarlos del camino auténtico.
Conclusión
Nadie nace creyente. A la fe se llega, la fe se vive y se comunica. Es un tesoro, que hay que saber buscar, cuidar y ofrecer, venciendo todo tipo de obstáculos. Hoy, ser católico auténtico es un reto.
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Richbell Meléndez, laico católico dedicado a tiempo completo a la apologética y subdirector de la Escuela de Apologética Online DASM.
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15 de diciembre de 2021 - 8:14 PM
POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa
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Con el éxito del podcast en inglés “The Bible in a Year”, Ascension Press y Juan Diego Network lanzan “La Biblia en un Año” para ayudar a los católicos de habla hispana a recorrer durante doce meses las Sagradas Escrituras.
“The Bible in a Year” es producido por Ascension Press y llegó en 2021 al top de podcasts más escuchados, con 160 millones de descargas y 3.7 mil millones de minutos escuchados a nivel mundial hasta el momento.
En un comunicado, Juan Diego Networks, organización enfocada en la evangelización, formación y entretenimiento de latinos de todo el mundo, indicó que el proyecto en inglés, que nació gracias al P. Mike Schmitz, Jeff Cavins, y el equipo de Ascension, buscó facilitar la lectura de la Biblia y ha roto todos los esquemas, “logrando lo que ningún podcast católico ha logrado antes”.
“El impacto se manifiesta no solo en los rankings y en la cobertura de medios seculares, sino sobre todo en los cientos de miles de personas que han redescubierto la Biblia, han creado grupos de estudio bíblico y han compartido sus testimonios con sus conocidos y en las redes sociales”, agregó.
La organización resaltó que este impacto “no se detendrá en el mundo de habla inglesa”, y a partir del 1 de enero de 2022 “todos los hispanohablantes se encontrarán con la Palabra de Dios escuchando esta nueva producción original”.
Además, señaló que “La Biblia en un Año” usará el mismo plan que su versión en inglés, que se basa en la Cronología de la Biblia desarrollada por Jeff Cavins, reconocido experto en las Sagradas Escrituras.
Juan Diego Network indicó que los católicos que sigan el podcast durante los 365 días del año 2022 serán acompañados por fray Sergio Serrano, que “en cada episodio leerá dos o tres pasajes de la Biblia y luego compartirá una breve reflexión que busca hacer viva y actual la Palabra de Dios”.
“El sacerdote Dempsey Acosta, experto en Sagrada Escritura, lo acompañará en 16 momentos claves del año para adentrarse aún más en el entendimiento de cada pasaje”, agregó.
Fray Serrano resaltó que “como hispanoparlantes, nos sentimos atraídos siempre por las historias que nos transmiten nuestros abuelos y familiares de forma oral” y subrayó que ahora “podremos escuchar todos los días la gran historia que Dios quiere contarnos, la bella historia que nos atrapará y muchos hemos esperado tanto tiempo que nos sea contada”.
“Esta no es una historia cualquiera, es la historia de nuestra salvación, por lo cual estaremos alimentando nuestro espíritu”, remarcó.
El P. Acosta indicó que muchas personas le han comentado “que leer la Biblia de ‘portada a portada’ es muy difícil; y la gran mayoría me clarifican que no es la lectura en sí, sino que muchas veces no le encuentran sentido o no les es lógica”.
“Se requiere conocer la historia de Israel y el cristianismo primitivo para encuadrar los textos en orden cronológico. Tarea no fácil para una persona que trabaja y se dedica a los quehaceres cotidianos”, explicó.
El sacerdote indicó que la Cronología de la Biblia creada por Jeff Cavins que se usará en el podcast tiene una división en 12 etapas, que “ayuda enormemente a redescubrir el designio de Dios en los períodos históricos que van desde la creación del mundo hasta el Apocalipsis”.
“Usando 14 libros narrativos, el podcast La Biblia en un Año construye ‘la columna vertebral’ de la historia de la salvación sobre la que se van agregando lecturas paralelas de los diversos textos bíblicos”, agregó.
Juan Diego Networks indicó que cada día “habrá lectura de pasajes de dos o hasta tres libros de la Biblia y, en diferentes momentos del año, los Evangelios tendrán un lugar preponderante para ir recordando el sentido del Antiguo Testamento a la luz de lo que viene con Jesucristo”.
“Si leyéramos la Biblia de corrido esto sucedería hasta el último cuarto del año, por lo que la estructura de Cavins no solo hace más atractivo y sencillo seguir las Sagradas Escrituras, sino que, al comprenderse mejor, hablará directamente a los corazones de los hispanohablantes que escuchen el podcast”, agregó.
El P. Acosta señaló que con este podcast “el lector se convierte en un oyente que escucha la predicación viva de la Palabra de Dios que educa y nutre su vida espiritual”.
“En este sentido, el podcast no es sólo una organización histórica de la Biblia en su forma de presentarse, sino también una proclamación de la Palabra Divina a través de la historia de la humanidad, y cada oyente se convierte así en participante de la escucha de Dios que siempre habla al ser humano por amor”, añadió.
El fundador de Juan Diego Network, José Manuel De Urquidi, indicó que gracias a este primer proyecto de Ascension para el mundo digital en español se abren nuevos horizontes.
“Esto es una gran oportunidad para los hispanos de todo el mundo, quienes, de la mano de expertos, pero de una forma sencilla y muy personal, podrán redescubrir una Palabra de Dios viva que ha actuado no solo en la historia, sino que sigue obrando en los corazones de las personas y en el mundo de hoy”, remarcó.
La organización señaló que el plan de lectura de La Biblia en un Año ya está disponible en la página web de Ascension y resaltó que las personas interesadas pueden tener más información escribiendo por WhatsApp al número +1 (484) 882-1123.
Asimismo, remarcó que ya es posible suscribirse al podcast en Spotify, Apple Podcasts o en cualquier plataforma de podcast.
Fray Sergio Serrano
Fray Serrano es miembro de la Provincia Dominica de San Martín de Porres, en el sur de los Estados Unidos. Profesó sus votos como religioso dominicano en 2003 y fue ordenado sacerdote en Dallas, Texas en 2007.
Ha sido vicario parroquial en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Nueva Orleans, Louisiana y párroco de la histórica iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Guayaquil, Ecuador.
También ha sido administrador parroquial de la parroquia de San Francisco Xavier y director del Centro de Jesús el Señor en Nueva Orleans. Actualmente es director del Apostolado Hispano para la Arquidiócesis de Nueva Orleans y es candidato a doctor en Teología Ministerial en la Universidad Barry en Miami, Florida.
P. Dempsey Acosta
El P. Acosta es profesor adjunto de Teología Bíblica y Endowed Chair de Miller Catholic Studies en la Universidad de St. Thomas en Houston, Texas. El sacerdote es egresado de Filosofía y Pedagogía en la Universidad Católica Cecilio Acosta en Maracaibo (Venezuela), y obtuvo su bachillerato en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma (Italia).
Además, tiene una licenciatura en Ciencias Bíblicas e Idiomas Bíblicos por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y un doctorado en Teología Bíblica por la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma.
Desde 2008 ha sido perito, consultor y colaborador del enlace presidencial de los apostolados católicos de la Sociedad Bíblica Americana y consultor experto para traducciones bíblicas de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
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13 de diciembre de 2021 - 8:15 AM | ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN 13 de diciembre de 2021 10:19 am
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
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La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos presentó el nuevo rito de institución oficial de catequistas en la Iglesia Católica, y detalló los requisitos para ser aceptados, así como lo que significa ser instituido en este ministerio propio de los laicos.
Junto al rito que ha sido presentado en latín, la Congregación del Vaticano cuyo prefecto es el Arzobispo Arthur Roche, también publicó una carta dirigida a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, en la que se explica qué es ser catequista, sus funciones, los requisitos para ser admitidos y quiénes preferiblemente no deberían ser admitidos en este ministerio.
Como base del nuevo rito, la Congregación para el Culto Divino refiere dos documentos del Papa Francisco: el motu proprio Spiritus Domini, del 10 de enero de 2021 “sobre el acceso de las personas de sexo femenino al ministerio instituido del Lectorado y del Acolitado” y el motu proprio Antiquum ministerium, que ha instituido el ministerio del catequista.
¿Qué es y qué hace el catequista?
“El ministerio del catequista es un ‘servicio estable que se presta a la Iglesia local según las necesidades pastorales identificadas por el Ordinario del lugar, pero realizado de manera laical como lo exige la naturaleza misma del ministerio’: éste se presenta amplio y diferenciado”, indica la carta de la congregación.
“Sobre todo, hay que subrayar que se trata de un ministerio laical que tiene como fundamento la condición común de ser bautizados y el sacerdocio real recibido en el Sacramento del Bautismo, y es esencialmente distinto del ministerio ordenado recibido en el Sacramento del Orden”, precisa el texto.
Los catequistas, “en virtud del Bautismo, están llamados a ser corresponsables en la Iglesia local para el anuncio y la transmisión de la fe, desempeñando tal función en colaboración con los ministros ordenados y bajo su guía”.
Por la variedad de servicios, precisa la carta, se puede distinguir, “no de manera rígida, dos tipologías principales de las modalidades de ser catequistas. Algunos tienen la tarea específica de la catequesis; otros, la tarea más amplia de una participación en las diferentes formas de apostolado, en colaboración con los ministros ordenados y obedientes a ellos”.
La carta resalta asimismo que “al tener este ministerio ‘un fuerte valor vocacional que requiere el debido discernimiento por parte del Obispo’ y siendo su contenido definido por cada una de las Conferencias Episcopales (obviamente en conformidad con lo expresado en Antiquum ministerium), no todos los que son llamados ‘catequistas’, realizando un servicio de catequesis o de colaboración pastoral, deben ser instituidos”.
Un catequista que recibe este ministerio puede realizar, entre otras funciones, las siguientes: “la guía de la oración comunitaria, especialmente de la liturgia dominical en ausencia del presbítero o diácono; la asistencia a los enfermos; la guía de las celebraciones de las exequias; la formación y la guía a otros catequistas; la coordinación de las iniciativas pastorales; la promoción humana según la doctrina social de la Iglesia; la ayuda a los pobres; el fomento las relaciones entre la comunidad y los ministros ordenados”.
En ese sentido, “es tarea de las conferencias episcopales clarificar el perfil, el papel y las formas más coherentes para el ejercicio del ministerio de los catequistas en el territorio de su competencia, en línea con cuanto ha sido indicado en el motu proprio Antiquum ministerium”.
“Además, deben ser definidos programas de formación adecuados para los candidatos. Por último, se procure también preparar a las comunidades para que comprendan su significado”, agrega la carta.
¿Quiénes no deberían ser instituidos catequistas?
De acuerdo a la misiva, no deberían ser instituidos catequistas “aquellos que ya han iniciado el camino hacia el Orden sagrado y, en particular, han sido admitidos como candidatos al diaconado y al presbiterado”, así como también “los religiosos y religiosas (independientemente de su pertenencia a Institutos que tienen como carisma la catequesis), a no ser que sean referentes de una comunidad parroquial o coordinadores de la actividad catequética”.
Esto, debido al carácter laical del ministerio del catequista, es decir que es un servicio propio de los laicos.
Tampoco deberían ser admitidos “aquellos que enseñan religión católica en las escuelas, a menos que también desempeñen otras tareas eclesiales al servicio de la parroquia o la diócesis”.
La carta de Mons. Roche refiere luego que “una atenta reflexión –que ciertamente podrá ser profundizada reconsiderando todos los ministerios instituidos en su conjunto y de modo armónico– merece el caso de quienes acompañan el camino de iniciación de niños, jóvenes y adultos. No parece oportuno que todos sean instituidos catequistas: como ya se ha dicho, este ministerio tiene ‘un fuerte valor vocacional que requiere el debido discernimiento por parte del Obispo’”.
Por el contrario, “es absolutamente conveniente que todos ellos reciban, al inicio de cada año catequético, un mandato eclesial público con el cual se les confía esta indispensable función. No se excluye que algunos de los que siguen la iniciación, tras un oportuno discernimiento, puedan ser instituidos como ministros”.
La carta resalta que estas personas podrían recibir el ministerio del lectorado, para ser oficialmente lectores, ya que en el rito de institución se afirma que “su tarea es educar en la fe a los niños y a los adultos y guiarlos para que reciban dignamente los sacramentos”.
La misiva subraya que “por cuanto se ha afirmado, los candidatos al ministerio instituido de catequista – debiendo tener una madura experiencia previa de catequesis–pueden, por tanto, ser elegidos entre aquellos que realizan de manera más específica el servicio del anuncio: están llamados a encontrar formas eficaces y coherentes para el primer anuncio, para luego acompañar a cuantos lo han recibido en la etapa propiamente iniciática. Su participación activa en los ritos de iniciación cristiana de los adultos expresa la importancia de su ministerio”.
La carta de Mons. Roche refiere asimismo que “a los ‘catequistas que realmente sean dignos y estén bien preparados’ el Obispo confía la celebración de los exorcismos menores. Una vez insertados ya los catecúmenos en los sacramentos de la iniciación cristiana, los catequistas permanecen en la comunidad como testigos de la fe, maestros y mistagogos, acompañadores y pedagogos disponibles para favorecer, en todo lo posible, la vida de los fieles, a fin que sean conformes al bautismo recibido”.
“También están llamados a descubrir formas nuevas y audaces de anunciar el Evangelio que permitan suscitar y despertar la fe en el corazón de quienes ya no sienten necesidad de la misma”, agrega.
Requisitos y celebración del rito
Es el obispo quien debe discernir la llamada al ministerio de catequista, “valorando las necesidades de la comunidad y las capacidades de los candidatos”.
“Pueden ser admitidos como candidatos hombres y mujeres que hayan recibido los sacramentos de la iniciación cristiana y hayan presentado libremente al Obispo diocesano una petición escrita y firmada”.
Los catequistas deben ser “hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis”.
Se requiere, además, “que sean fieles colaboradores de los sacerdotes y los diáconos, dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario, y animados por un verdadero entusiasmo apostólico”.
El ministerio de catequista “es conferido por el Obispo diocesano, o por un sacerdote delegado por él, mediante el rito litúrgico De Institutione Catechistarum promulgado por la Sede Apostólica”.
El ministerio puede ser conferido durante la Misa o durante una celebración de la Palabra de Dios.
La estructura del rito prevé, después de la liturgia de la Palabra, una exhortación, que puede ser adaptada por las conferencias episcopales; una invitación a la oración; un texto de bendición; y la entrega del crucifijo.
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