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Por: Dolors Massot
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En el círculo de la familia y los amigos es muy probable que a alguien la Navidad le resulte un tormento. Aquí van unas sugerencias.
Es posible que ya estés con el problema entre manos. Se acercan las fiestas más entrañables del año y en todos los rincones del planeta las familias preparan el modo de estar con los suyos. Nochebuena, el día de Navidad, Fin de Año, el 1 de enero, la víspera de Reyes y, cómo no, el día de Reyes.
Son fechas muy señaladas y quien más quien menos, se reúne con los más allegados. A veces es la única ocasión de verse en todo el año, incluso merece un largo viaje para estar con la familia o regresar del país adonde uno emigró.
El «blues de Navidad»
¿Te ha ocurrido ya que alguien se niega a asistir a la cena familiar porque la Navidad le resulta horrible?
Los datos que arroja la Medicina van en esta línea: muchas personas con problemas psiquiátricos tienen dificultad para gestionar la Navidad e incluso estos días en los que la familia se reúne y parece que hay más felicidad a su alrededor, a ellas les invade un terrible sentimiento de soledad y de tristeza. Algunos denominan a esta situación «el blues de Navidad».
Verónica Alcalá Herrera, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala como causa de este «blues de Navidad» el trastorno afectivo estacional que produce el menor número de horas solares y, en consecuencia, la menor fabricación de melatonina. A esta causa química, podríamos añadirle el componente afectivo que alguno puede arrastrar en mayor medida.
Juan Manuel Tong Payán, director operativo de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones de México, informó que los síntomas depresivos -que afectan a 300 millones de personas en todo el mundo- se agravan especialmente durante la época de Navidad. “Tenemos una gran demanda de consultas médicas por estas causas, mismas que aumentan de un 10% a un 15%», señaló.
Esto es una realidad a la que no podemos hacer oídos sordos. La Navidad es para todos y la celebración también ha de serlo, en la medida de lo posible.
También ocurre que para algunos la Navidad es el momento en que se agudiza un pesar: el aniversario de la muerte de un familiar muy querido, una ruptura sentimental… Tampoco hay ganas de hacer balance de un año en el que se fue alguien a quien uno estaba especialmente unido.
¿Puedo hacer algo por mejorar la situación?
Por supuesto. La familia que plantea bien sus reuniones en días de fiesta, a largo plazo tiene éxito asegurado. No lo dice ningún estudio sociológico, de momento, pero la experiencia lo corrobora. Aquí tienes unas sugerencias:
1. Toma las medidas reales del problema. Pon nombre y apellidos a la persona o personas que se niegan a celebrar la Navidad porque odian estas fiestas. A veces es el tío, pero eso no implica que odien la Navidad también tu tía y tus primos. Puede que si cambian las perspectivas, tu tía y tus primos estén encantados de acudir (solo con que tu tío ceda).
2. Ten una conversación (más o menos) profunda con la persona que odia la Navidad. Antes de que llegue la cena de Nochebuena o el encuentro del día de Reyes, trata de hacer un esfuerzo por conversar con ella. Invítala a un café o llámala por teléfono. El cara a cara le hará sentirse más a gusto para explayarse.
En ese diálogo debe poder expresar qué es lo que le duele y por qué. Que te pueda abrir la herida y mostrar el alcance de su dolor. Las personas sienten alivio al compartir su pena. Debe ser un compartir sincero por nuestra parte: no para hurgar en el dolor ni para cotillear en los detalles de aquella desgracia.
3. Haz que sea ella la que vea si es correcta la relación que establece entre Navidad y su desgracia. No es lo mismo llorar por un familiar que por la muerte de la mascota. Las mascotas dan disgustos, pero habrá que calibrar si es proporcional esa tristeza a la que yo procuro a mi familia si dejo de asistir a la convocatoria anual.
Como tampoco es lo mismo estar enfadado con un hermano que dar portazo y que toda la familia se disguste al ver que no quieres establecer puentes. Pero hay dolores realmente profundos que requieren su tiempo: también hay que saber respetar el duelo o la necesidad de soledad.
Por otro lado, a veces hay motivos externos que provocan dolor y que son remediables. Por ejemplo, si el recuerdo de una casa produce nostalgia de un ser querido, quizá será recomendable que un año dispongamos de otro lugar para la celebración.
4. Hazla imprescindible. Mi tía Pilar está feliz cada vez que le pido que se encargue ella de elaborar la salsa romesco, de una comida típica de nuestra tierra: ¡y está a 130 kilómetros de distancia! Pero es que ese plato sin su salsa no es nada… y (como dicen los memes de Julio Iglesias) ella lo sabe.
5. Una persona que te quiere nunca te dirá que no a una petición que realmente tenga sentido: «Papá, estoy muy mal de tiempo, ¿no podrías encargarte tú de recoger los regalos en casa de los primos antes de venir a la cena?». «Andrés, no puedes faltar: necesito que me eches una mano en la selección de los vinos». «Tía Ana, la novia que nos va a presentar Jaime es japonesa y tú al menos hiciste un curso de ikebana».
6. Ayúdale a olvidar por un día su problema o a minimizarlo. En conversación particular, dile que le servirá para oxigenar el corazón, que otras personas de la familia desean verla desde hace tiempo… Y cuando esté ya en casa, compínchate con algún miembro de la familia para que esté especialmente pendiente de ella.
Es un buen momento para que los más jóvenes tomen conciencia de la preocupación por los demás. ¿Tienes alguna prima en la edad del pavo pero que en el fondo es un cielo? Ahí sí que va a dar un estirón, si le planteas que va a hacerse cargo «del asunto más importante» de ese día. Nivel Mission Impossible.
7. Si padece una enfermedad psiquiátrica como la depresión, hablad antes de lo curativo que puede ser ese día. La (mala) soledad le hace daño mientras que encontrarse en un entorno de personas que la quieren puede ser un bálsamo. Que sea ella que decida algunas cosas: a qué hora vais a recogerla por casa, al lado de quién desea sentarse y al lado de quién le parecería un infierno…
8. Si hay música, que no haya un volumen atronador.
9. Si se agobia, que haya un lugar para airearse (la terraza, el jardín, el rellano de la escalera de vecinos…).
10. Si no tiene ninguna enfermedad pero está encerrado en sus preocupaciones, establece pequeños trucos con otros familiares para que en la fiesta esa persona se olvide de sí: buscad temas de conversación que le interesen. No te importe si hay que sacar la lista de tus desastres en el bricolage.
10. Si finalmente no acude a la celebración, que compruebe que os habéis acordado de ella. Guarda un poco de postre para él o ella y llévaselo en cuanto puedas. O haz que se lo lleve uno de los peques de la casa. Que no se rompa el lazo…
11. Ante todo, deja que la persona decida libremente. Lo que sí está en tus manos es hacer todo lo posible para que cuente con la Navidad familiar que le corresponde. Si alguien la rechaza, no está en tus manos «obligar a disfrutar la fiesta»: sería un contrasentido.
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Por: Macky Arenas
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Todo es parte de una estrategia de poder y los medios una herramienta indispensable
Las telenovelas son un recurso invaluable para la función de entretenimiento a que el medio radioeléctrico está obligado en una sociedad. Pero a través del entretenimiento también se difunde modelaje y se transmiten valores o antivalores. La telenovela, la serie, los unitarios, son todos canales de comunicación absolutamente privilegiados para este propósito.
La telenovela fue precedida, al menos en América Latina, por la radionovela originada en Cuba. Eran tiempos conservadores en donde guionistas y productores se decantaban por las historias que reflejaban los amores incomprendidos, las diferencias sociales, el éxito y el fracaso desde el punto de vista de escritores como Félix B. Caignet (El Derecho de Nacer) en los cuales el elemento raza y posición social signaban sus argumentos.
Sus historias salían de los problemas reales de la gente, de las contradicciones sociales, de las angustias y anhelos humanos o de las represiones y carencias de cada sociedad. Es común en las siempre exitosas novelas mexicanas la violencia contra la mujer, a la que subyace una profunda inseguridad masculina en sociedades matriarcales; o en general la infidelidad matrimonial, un ingrediente infaltable de esos caldos dramáticos, que esconde reales problemas de pareja sin la experticia o el coraje para enfrentarlos.
Siempre la telenovela, como aquellos géneros musicales cuyas tonadas y letras salen del alma misma del pueblo, de una manera u otra muestra las perversiones, bondades y dilemas de nuestros tiempos. Por algo se les llama “dramáticos”. El drama que abarca casi todo el espectro capitular para dar paso al desenlace, que es lo que mantiene al público enganchado y que, usualmente, disipa las dudas, saca a flote las verdades escondidas, alivia tensiones, venga los agravios y pone a ganar al bien sobre el mal. Ese es el esquema básico. No puede faltar el malvado que martiriza a los demás durante todo el ciclo, ni un caso de corrupción, ni un episodio violento, ni un lío amoroso. Lo truculento es el plato fuerte. Es el morbo lo que «amarra» y lo que vende. Ver la caída de “los malos” y disfrutar la reivindicación de los buenos es el merecido clímax, el premio a la constancia de seguir capítulo a capítulo. Hay guionistas tan hábiles que consiguen la lealtad total, el clamoroso éxito de sintonía
En nuestra América Latina, bastante pudorosa y familiar, con leyes y normativas que regulan los contenidos de la TV, es cuesta arriba proyectar abiertamente antivalores o soltarse el moño en eso de ponderar la diversidad sexual o mucho menos hacer referencia a casos de abuso de menores, de paso, tan frecuentes en nuestro mundo secular que dejan pálidas las cifras eclesiales, aunque el escándalo sea mayor.
Otros países (europeos, básicamente) se han aventurado más lejos. Pero sí es notoria la presencia de personajes homosexuales en los elencos de nuestras telenovelas a partir de los años 70. Y en esto hay un detalle importante: extrañamente se ahondó en el conflicto humano con fines orientadores sino que se hacía burla cruel de su condición reduciéndolo al hazmereír de la novela. Hay que decir que excelentes actores representaron estos roles con una maestría tal que frecuentemente el mencionado papel se convertía en el atractivo mayor de la telenovela. Y eso iba domesticando a la audiencia.
Ciertamente, la sociedad iba cambiando, abriéndose a ciertos planteos, desechando tabúes y plastilinizando su manera de ver ciertas cosas. Es así como encajaban estos simpáticos personajes en la cotidianidad de la televisión y todo ello fue reforzando esa docilidad, no siempre facilitando la comprensión del fenómeno en toda su significación sino, simplemente, ablandando las mentes y abriendo el camino para lo que hoy es uno de los mayores fraudes de la humanidad: la ideología de género.
No corresponde, por supuesto, a la telenovela la responsabilidad de explicar a fondo y formar las conciencias, pero tampoco el ejercicio banal de manipular a conveniencia las contradicciones que envuelven el drama de la vida real.
Cierto es que la telenovela cumple una función social muy importante, que sus éxitos implican el trabajo arduo y encomiable de equipos humanos meritorios y que ha logrado resaltar valores sobre los cuales se asientan nuestras sociedades, como el amor, la solidaridad, la generosidad, el esfuerzo como generador de riqueza, el sentido trascendente del ser humano. Pero también lo es el que, siendo positiva la contribución a la crítica, la búsqueda y la apertura de mente frente a las más inquietantes incertidumbres de la persona, si está de por medio el puro beneficio siempre existe la tentación de optar por lo más rentable. Y el morbo es rentable.
Es mucho el productor o ejecutivo de TV que, inmersos ellos mismos en su propio drama, estimulan la manipulación de estos temas como un desahogo, pero también como una concesión al relativismo. Esa es la manera como son las cosas, eso es lo que debemos reflejar. No entra en consideración la responsabilidad mediática de abordar un asunto serio desde una perspectiva compasiva y desideologizada.
El argentino Jorge Scala, en conferencias en Madrid en 2011, se extrañaba del desconocimiento que existe de esta ideología «que es más dañina que la Nazi o el Marxismo, porque la Ideología de Género destruye la parte nuclear de la persona, su antropología sexual”. Hizo una afirmación que confirman los cada vez más numerosos homosexuales que públicamente se confiesan indignados y profundamente heridos por la utilización que el lobby gay hace de ellos: “el verdadero objetivo de la Ideología de Género -continúa Scala- es eliminar la capacidad de conocimiento personal sobre lo que cada persona es en sí mismo de forma cierta y no supuesta”.
Uno de los aspectos que más preocupa usualmente a los padres de familia es quién o qué está detrás de promover esta ideología. Y en realidad pareciera que no hay nada ni nadie específicamente responsable de la implantación de la Ideología de Género, sino que se ha convertido en una planificación política que, de acuerdo a quienes siguen el asunto, principalmente desde la ONU se extiende como sistema de poder global. Obviamente, los medios de comunicación son principalmente el espacio a penetrar. Y la telenovela, si se deja, la punta de lanza.
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Por: Carlos Ortega
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DEFINICION
Primeramente, se tiene que el término Neo ateísmo, no se refiere a que en lo particular, exista un nuevo ateísmo, sino que esta noción hace referencia a un movimiento dentro de ateísmo en el siglo XXI, caracterizado por su posición crítica de la religión, donde se comparte idea que esta no debería simplemente ser tolerada, sino llevada al análisis y criticada mediante argumentos racionales.
Este término ha sido acuñado por primera vez en la revista Wired en noviembre del 2006; sin embargo, durante el periodo del 2004 al 2008, con las publicaciones de autores como Sam Harris o Richard Dawkins este nuevo movimiento dentro del ateísmo ha cobrado gran fuerza y notoriedad; mas, este mismo ha sido criticado no sólo por creyentes como el pensador católico y filósofo tomista Edward Feser, sino por pensadores ateos como Tom Flynn o el matemático Amir Aczel.
ATEISMO
HISTORIA Y ETIMOLOGÍA
Para precisar el término ateísmo, que viene del francés atheísme, el cual proviene de la palabra ateo (del latín athĕus y este del griego ἄθεος) es decir, sin Dios, es una posición que niega la existencia de las deidades y es opuesta al teísmo, el cual es la creencia en la existencia de al menos una deidad
En el renacimiento se empezó a gestar una visión más antropocéntrica, el cual, aunado a los diversos descubrimientos tanto filosóficos como científicos, como la reforma protestante de Martín Lutero, el descubrimiento de América o avances como los de Nicolás Copérnico.
Con el surgimiento y la difusión del librepensamiento, el escepticismo científico y el subsecuente incremento de la crítica de la religión, disminuyó el alcance del término, siendo así como históricamente las primeras personas en identificarse a sí mismas con la palabra «ateo» vivieron en la Ilustración durante el siglo XVIII. La Revolución francesa, notable por su «ateísmo sin precedentes», presenció el primer gran movimiento político de la historia en abogar por la supremacía de la razón humana.
¿CLASIFICACION?
No se puede especificar una clasificación y división correcta de lo que implica la noción de ateísmo, pues este parte de la discusión entre a cuales deidades se opone, si implica la ausencia de ellas o sus compatibilidades o diferencias con el agnosticismo (suspensión de la creencia, es decir, aquel que ni cree ni descree en la existencia de Dios), así como algunos acercamientos a las filosofías orientales y el new age (mezcla de creencias).
En un primer acercamiento, se pueden distinguir:
1. Ateísmo Implícito vs. Ateísmo Explícito
Según el grado de reflexión que una persona debe tener respecto a los dioses para ser considerada atea, lo primero sería la ausencia de creencia teísta sin un rechazo consciente y la segunda como una simple ausencia de teísmo con un rechazo o lo que comúnmente es hoy la incredulidad consciente.
2. Ateísmo Positivo vs. Ateísmo Negativo
El ateísmo positivo (fuerte) es la afirmación consciente que los dioses no existen, mientras que el ateísmo negativo (débil) incluye todas las otras formas del no teísmo. De acuerdo a esta clasificación, quienquiera que no sea teísta es un ateo negativo o positivo. Los términos fuerte y débil son relativamente recientes, mientras que los términos positivo y negativo tienen un origen anterior y se han usado (de maneras ligeramente diferentes) en la literatura filosófica y en apologéticas católicas, siendo considerados la mayoría de los agnósticos, ateos negativos, bajo esta división del ateísmo.
3. Definición como imposible o transitorio
Anterior al siglo XVIII, la existencia de Dios se aceptaba tan universalmente en el mundo occidental que incluso se cuestionaba la posibilidad del ateísmo auténtico (ateísmo imposible), ya que bajo la idea de que todas las personas creen en Dios desde el nacimiento, estaba la connotación de que los ateos simplemente eran teístas en negación.
Además existe la creencia de que los ateos rápidamente creen en Dios en momentos de crisis, se convierten in artículo mortis (justo antes de morir) o que “no hay ateos en las trincheras (ateísmo transitorio)
Sin embargo, la clasificación más ampliamente utilizada es aquella entre:
4. Ateísmo Teórico vs. Ateísmo Práctico
La vertiente práctica o pragmática, es aquella donde se vive como si no existiera alguna deidad, y explican fenómenos naturales sin necesidad de ellas, como ejemplo de ello se puede citar el naturalismo metodológico, y puede tomar diversas vertientes como:
• Ausencia de motivación religiosa: la creencia en dioses no impele la acción moral, religiosa o cualquier otro tipo de actuar.
• Exclusión activa de los problemas divinos y religiosos de la búsqueda intelectual y acción práctica.
• Indiferencia: la ausencia de interés en los problemas divinos y religiosos.
• Desconocimiento del concepto de deidad.
En cambio, el lado teórico nos plantea argumentos contra los dioses y el teísmo desde la ontología (una rama de la metafísica que estudia lo que hay, así como las relaciones entre los entes , o la relación entre un acto y sus participantes, o argumentos epistemológicos (estudio del conocimiento) como el escepticismo o el agnosticismo, o aquellos emanados desde la metafísica (estudio de la realidad) como el absolutismo y el relativismo, asimismo, existen los lógicos tales como la existencia del mal y el sufrimiento.
EL ATEÍSMO CRISTIANO
Dentro de las formas del ateísmo, hay una en particular que se “basa” en posturas de Santo Tomás de Aquino, la cual se concibió a partir de una mediación entre opuestos como la fe y la razón; pero que en suma rechaza al cristianismo, mas sigue las enseñanzas de Jesús, como en el caso de la teología atea, la cual busca esto último y se puede resumir en las siguientes posturas:
• Inexistencia de la idea de Dios en nuestro tiempo. Esto incluye el entendimiento de Dios , que es parte de la teología cristiana tradicional.
• Formar parte de la cultura contemporánea es una característica necesaria de cualquier trabajo teológico responsable.
• Existe, en varios grados y formas, una alienación de la iglesia con la sociedad tal como está ahora constituida.
• El reconocimiento de la centralidad de la persona de Jesús en la reflexión teológica.
Sin embargo, este concepto yerra en un principio fundamental, ya que un cristiano debe ser creyente, y por tanto, no existe este término, pese a la gran cantidad de personajes (Oriana Fallaci, Paul van Buren, Thomas Altizer, etc) que esgrimen argumentos ateos junto con valores netamente cristianos, constituyéndose en el germen de una separación radical de la iglesia, porque la ortodoxia y tradición cristiana representaría un forma de “evadir” de la realidad cotidiana.
También dentro de esta línea podemos encontrar el llamado Ateísmo Católico, el cual es la creencia en la cual la cultura, tradiciones, rituales y normas del Catolicismo son aceptadas, pero no la idea de la existencia de Dios, como uno de sus principales cultores, tenemos al filósofo español Gustavo Bueno, quien proyectó argumentos a favor de la no existencia de la divinidad.
O el Ateísmo protestante, el cual rechaza al dios del cristianismo, pero sigue las enseñanzas de Jesús, con figuras como Thomas Jefferson (tercer presidente de EE.UU.), Albrecht Ritschl y Friedrich Schleiermacher.
Como caso particular del ateísmo católico, podemos citar al movimiento sedevacantista, el cual esgrime que desde Pio XII, los papas que le precedieron son inválidos debido a su condición de herejes, que aceptan los ritos y tradiciones antiguos (mas no los actuales); pero no niegan la existencia de Dios.
PELIGROS EN EL MUNDO ACTUAL
Sin lugar a dudas que en el mundo actual, se tienen diversos peligros, entre los que mas sobresalen:
LA NUEVA ERA
Extensión tendenciosa del “Ecumenismo”, que pretende reducir las enseñanzas de Jesús, mezclando diversos elementos culturales y filosóficos para ser una gran doctrina universal, la cual es muy difícil de detectar y combatir pues el relativismo y el subjetivismo que reina en ellos hace que se mezclen muchos conceptos.
También, puede conducir hacia una espiritualidad falsa y llevarnos hacia un ambiente de indiferencia religiosa e increencia
EL PELAGIANISMO
Es una doctrina que niega la existencia del pecado original (niega el bautismo), aparte que la salvación se la gana uno a base de esfuerzos y a base de merecerla, sencillamente porque Dios nos ha dotado a todos con suficientes facultades para que nosotros mismos y por nuestro esfuerzo lográramos ganar el cielo.
Similarmente a la nueva era, se “licúa” el mensaje de Dios, llevando al creyente poco a poco por los caminos de otras herejías que nos apartan del camino.
EL CIENTIFICISMO
Versa sobre la preponderancia que el método científico como la única fuente de conocimiento genuina y factual y que, en concreto, solo ellos pueden producir conocimiento auténtico sobre el hombre y la sociedad, por ende el mensaje de Dios no tiene nada que nos sirva.
ATEÍSMO AGNÓSTICO
Combina el ateísmo (no creer en alguna deidad) y agnosticismo (no afirman saber que una deidad no exista) aludiendo a la epistemología, la teoría de la justificación (apoyo a una creencia) o la navaja de Ockham
LAICISMO Y SECULARISMO
En principio el laicismo es una postura de separación entre iglesia y estado; sin embargo existe otra corriente que propone una ausencia total de relaciones entre ambos entes, pudiéndose llegar a extremos de negación hacia Dios, presentando una disyuntiva final: o te unes a nuestras propuestas o bien te sitúas entre los enemigos de la libertad, del progreso y de la democracia
Se tienen ambos conceptos como sinónimos; mas en la práctica se podría considerar como dos caras de la misma moneda, pues se considera al secularismo como “el brazo legal” del laicismo, en su afán de lograr una separación efectiva
RESPUESTA DEL CREYENTE
Ciertamente, que ante estos pensamientos, la forma como deben de ser tratadas, es la de una respuesta contundente de la iglesia, tal y como lo citan las escrituras:
• 1Pe 3,15: “…. estén siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza»
• Mt 16,18: «Y ahora yo te digo: «Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer»
• Sal 86, 8; 9; 10 y 11: » Nadie como tú, Señor, entre los dioses y nada que a tus obras se asemeje. Todos los paganos vendrán para adorarte y darán, Señor, gloria a tu nombre. Porque eres grande y haces maravillas, tú solo eres Dios. Tus caminos enséñame, Señor, para que así ande en tu verdad»
Pero, es preciso citar un evento que marcó un hito dentro de la historia del cristianismo, el Conciclio Vaticano II, llamado en Enero de 1959 por su santidad Juan XXIII, puesto en marcha 3 años después, luego de la Bula Humanae Salutis, llevado y concluido por su sucesor Pablo VI.
De este documento, muy mencionado, se pueden seguir 2 líneas a saber:
• Ecumenismo
• Comunidades cristianas
El cual, ha sido reiteradamente tergiversado como un cambio doctrinal y en realidad ha sido más una variación de formas y no de fondo.
Asimismo, en los años venideros esto ha sido revitalizado mediante la puesta en práctica de las 4 constituciones emanadas de dicho concilio:
• Gaudium et Spes: Sobre la Iglesia en el mundo actual.
• Dei Verbum: Sobre la Revelación y de cómo debe entenderse, estudiarse y practicarse la Palabra de Dios.
• Lumen Gentium: Sobre la Iglesia en sí misma y sus relaciones con los creyentes.
• Sacrosanctum Concilium: Sobre la liturgia y su importancia dentro de la vida eclesial
Sin embargo, uno de los aspectos más relevantes que se pueden desprender del Concilio Vaticano II, es la necesidad de la actividad laical dentro de la Iglesia y el mundo, como especial aporte, podemos citar a la Exhortación Apostólica Christifideles Laici en el año de 1987 de S.S. Juan Pablo II, que hoy en día es un llamado a la lucha contra el laicismo radical reinante.
También se puede notar un claro llamado a la santidad no sólo como una utopía, sino como una gran misión de los cristianos la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate de S.S. Francisco en el año de 2018, que tal como nos cita la escritura “Ustedes son la sal de la tierra” (cfr Mt 5,13)
CONCLUSIONES
Si bien es cierto que los avances tecnológicos del hombre han sido impresionantes, no debemos perder la perspectiva de la caridad (amor) que nos cita la escritura «Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy.» (cfr 1Cor 13,1-2)
Asimismo, como bien se ha citado el estado de increencia tanto ante ritos, tradiciones o autoridades eclesiales, fomentan más la división y la tibieza, recordando que:
• Mc 3,25: “Y si una familia está con divisiones internas, esa familia no podrá subsistir”
• 1Cor 1,10: “Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones; que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios”
• Ap 3,16: “Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca”
Finalmente, tanto en el Catecismo, como en diversos documentos: como la constitución Sacrosanctum Concilium, se tienen los medios para poder expresar una inconformidad, recordando que:
• Col 3,13: ”Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo”
• Jn 8,7: “Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: «Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra”
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