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Por: Richbell Meléndez
La cruz es el instrumento que nuestro Señor Jesucristo quiso usar para dar su vida por nosotros y demostrarnos el amor que el Padre nos tiene (Jn 3, 16) por eso el Cristianismo siempre ha tenido la cruz por objeto sagrado desde sus inicios, sin embargo algunas personas autodenominadas cristianas, rechazan la cruz como símbolo cristiano, esto debido al hecho de que piensan, si Cristo murió en la cruz (Jn 19, 17-18) y los que morían en la cruz eran considerados malditos (Deu 21, 22-23) entonces la cruz no puede ser un símbolo cristiano.
El problema con los textos anteriores, es que si bien la cruz fue el instrumento en el cual murió Cristo, para él no era un instrumento de maldición, ya que vemos que el mismo Cristo hace uso de la cruz para enseñar que para poder seguirlo a él, debemos de tomar nuestras cruces también.
“Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.”
Mateo 16, 24 (Biblia de Jerusalén 1976)
De hecho el mismo San Pablo confirma que la cruz no era símbolo de maldición, sino de redención y se gloria en la cruz de Cristo.
“En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!”
Gálatas 6, 14 (Biblia de Jerusalén 1976)
Del mismo modo encontramos testimonios en la literatura cristiana de los primeros siglos, referente a la importancia de la cruz para el Cristianismo. Como lo que nos dice San Atanasio (295 – 373 d.C), reconocido por el Cristianismo como el “campeón de la ortodoxia”.
“Los paganos se burlan con lengua calumniosa y se ríen de nosotros, aunque saben que nosotros presentamos siempre sólo la cruz de Cristo. Y precisamente por eso se quiere sobre todo lamentar su locura, porque ellos, los que se burlan de la cruz, no ven cómo su fuerza llena todo el mundo y cómo, mediante la cruz, se hacen manifiestas a todas las obras del conocimiento divino. Pues si ellos fuesen gente con recto sentido y mirada para su divinidad, no se burlarían de algo tan grandioso. No, más bien deberían también ellos reconocerle y verle como Salvador del mundo, ya que la cruz no se ha hecho para perdición de la criatura, sino para su salvación.” (San Atanasio de Alejandría. Contra los gentiles I, 1)
El texto anterior es sumamente claro, habla de la importancia de la cruz ante la burla que hacían los paganos. A pesar de este testimonio, algunos insisten en que la cruz no fue usada por el cristianismo sino hasta que en el siglo IV el emperador romano Constantino I, dio libertad de culto al Cristianismo para que este pudiera predicar libremente, sin ser perseguido. Pero esto es falso, como podemos ver ya la Escritura y la literatura patrística habla de la importancia de la Cruz para el Cristianismo, estos testimonios son confirmados también por la arqueología, como lo hace notar el erudito anglicano Michael Green quien nos da evidencias de cómo la cruz era reconocida como símbolo cristiano desde el siglo I.
"Esto es lo más probable, debido a la centralidad de la cruz para la vida y la predicación cristianas desde los días primitivos (1 Co. 1.18; 2.2). Tan central era que "Bernabé" podía leerlo ya en la enumeración de los siervos de Abraham, y Justino podía argumentar que la forma del arado, el mástil de los barcos y los estandartes legionarios portaban testimonio inconsciente del símbolo cristiano de la cruz (Bernabé 9, Justino, 1 Apol. 55). Más aún, se encontraron cruces de carbón en los osarios de Talpioth, que son aparentemente féretros cristianos procedentes de una tumba no tocada en las afueras de Jerusalén y fechables, numismáticamente, en el c. 50 d.C. Véanse R. L. Sukenik, A.J.A., 1947, pp. 351-365; YB. Gustafsson, en su revaluación parcial del significado del graffiti (aunque no de las cruces) en N.T.S., 1956, pp. 65ss. Estos descubrimientos cuestionan el tan repetido argumento de que la cruz no se utilizaba como símbolo cristiano en los días primitivos y que parece haber venido de fuentes gnósticas en el siglo 3." (Michael Green, La evangelización en la Iglesia Primitiva. p. 410)
Dada la evidencia, el argumento tantas veces repetido por los enemigos de la cruz no se sostiene, ya que podemos ver como la cruz siempre ha sido usada y reconocida por el Cristianismo, a los enemigos de la cruz, conviene repetirles las palabras de San Pablo a los Corintios.
“Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan - para nosotros - es fuerza de Dios”.
1 Corintios 1, 18 (Biblia de Jerusalén 1976)
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