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Por Jorge Ramírez

 

La Iglesia condena el aborto.

 

El aborto inducido es un pecado muy grave que priva de la vida a un niño inocente. Enseña el catecismo:

“La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae”. (CIC 2272)

 

La Biblia valora la vida y condena el aborto.

 

Éxo 20:13. No matarás. 

 

Gén 9:6. Quien vertiere sangre, su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre.

 

Sab 11:26. Pero tú eres indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor, amigo de la vida.

 

Lucas 20:38. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos .

 

Para Dios las personas tienen valor e identidad antes de nacer.

 

Sal 21.10. Sí, Tú eres mi sostén desde el seno materno, mi refugio desde los pechos de mi madre.

 

Sal 22.11 Desde el vientre eres mi Dios.

 

Sal 139.13 Porque tú has formado mis riñones, me has tejido en el vientre de mi madre.

 

Sal 139.16 Mi embrión veían tus ojos; llevas cuentas de mis días sin que aún exista el primero.

 

Job 10.11. Me revestiste de carne y piel, me tejiste de huesos y tendones.

 

Job 31.15. ¿No los creó en el vientre como a mí? ¿no nos formó iguales en el seno?

 

Isa 44.2. Así dice Yahvé, que te ha hecho y formado y es tu ayuda desde el seno materno.

aborto legal

La vida del indefenso debe ser protegida.

 

Éxo 23:7. Evita las causas engañosas; no causes la muerte del inocente y del justo.

 

Deut 27.25. Maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente. 

 

Prov. 6.16–17. Dios odia las manos manchadas de sangre inocente.

 

Salmo 82.3–4. Defiendan al débil y al huérfano, hagan justicia al humilde y al pobre.

 

Job 10:8. Tus manos me formaron y me hicieron, ¿y ahora, en arrebato, me destruyes?

 

Jer 22:3. Así dice Yahvé: no hagan violencia ni derramen sangre inocente en este lugar.

 

Dan 13:53. No condenarás a muerte al inocente ni al justo.

 

Isa 49:15. ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ésas llegaran a olvidar, yo no te olvido.

 

Dios desea la multiplicación de humanos.  

 

Gen 1:28. Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra y sométanla.

 

Gen 9:1. Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: «Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra.

 

Gen 9:7. Vosotros, pues, creced y multiplicaos; dilataos sobre la tierra y aumentaos en ella.

 

Gen 48:16 El Ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos niños; sean llamados con mi nombre y con el nombre de mis padres Abrahán e Isaac, y

multiplíquense más y más sobre la tierra.

 

Job 5:25. Verás numerosa tu descendencia, y tu prole como la hierba del campo.

 

Los hijos son una bendición.

 

Sal 126:3. Vedlo: don de Yahvé son los hijos, el fruto del seno es un regalo.

 

Prov 17:6. Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y gloria de los hijos, sus padres.

 

El alma anima al cuerpo desde la concepción.     

 

La Iglesia enseña en catecismo n. 1703 que el alma humana es infundida desde la concepción, en consecuencia, desde ese momento queda constituida como persona.

 

Ecle 11.5 Si no sabes cómo entra el espíritu en los miembros en el vientre de la mujer encinta.

 

Santiago 2:26. El cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

 

Dios consagra en el seno a ciertas personas para una misión específica. 

 

Luc 1.41 En cuanto oyó el saludo, el niño saltó de gozo (los niños sienten desde el seno materno).

 

Gal 1:15 Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia.

 

Mateo 21:16. De la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza.

 

La sangre inocente acarrea maldición sobre la tierra. 

 

Gén 4:10. Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. 

 

Gén 4:12. Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. 

 

Deut 19:10. Así no se derramará sangre inocente en medio de la tierra, y no caerá sangre sobre ti.

 

Núm 35:33. La tierra no queda expiada de la sangre derramada más que con sangre derramada.

 

Solo Dios tiene el derecho de disponer de la vida. 

 

Eze 18:4. Miren: todas las vidas son mías, la vida del padre lo mismo que la del hijo, mías son.

 

Hech 17:25. El que a todos da la vida, el aliento y todas las cosas.

 

1 Tim 6:13. Te recomiendo en la presencia de Dios, que da vida a todas las cosas.

 

Mat 19:4. Él respondió: «¿No han leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra.

 

Job 12:9–10. Su mano retiene el hálito de los vivientes, el espíritu de todo ser humano.

 

Los hijos no deben pagar por los padres.  

 

Deut 24:16. No serán ejecutados los padres por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de lo padres.

 

Eze 18:20. El hijo no cargará con la culpa de su padre.

 

La fornicación es prohibida.

 

Sab 4:6. Los hijos nacidos de uniones ilícitas, vienen a ser testigos contra la maldad de sus padres.

 

Ecle 23:33. Se contaminó con el adulterio, y se procreó hijos del marido ajeno.

 

1 Cor 6:18. ¡Huyan de la fornicación!

 

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Richbell Meléndez. Laico católico dedicado a tiempo completo a la apologética al servicio de Dios y subdirector de la Escuela de Apologética Online DASM.

 

 

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