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LIMA, 5 (ACI).- La Arqudiócesis de Lima distribuyó esta semana un comunicado del Episcopado Peruano que aclara la confusión provocada por los comentarios de un sacerdote respecto a la compatibilidad entre ser católico y masón, recordando las enseñanzas de la Iglesia sobre el tema.

En el comunicado oficial distribuido entre los párrocos de la Arqudiócesis primada se señala que "La Conferencia Episcopal Peruana, en reunión del Consejo Permanente, ha visto la conveniencia de hacer conocer, o más bien recordar, dos Pronunciamientos de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe sobre las 'asociaciones masónicas'", dice el documento del episcopado.

La escueta carta adjunta un pronunciamiento anterior del Episcopado, titulado "Comunicado acerca de las asociaciones masónicas" redactado en junio de 1988, donde recuerda las enseñanzas de dos documentos de la Congregación de la Doctrina de la Fe sobre la relación entre la Iglesia y la Masonería.

 

"Ante una entrevista hecha al P. José Ferrer, S. J. sobre la Iglesia y la Masonería aparecida en el suplemento 'Dominical' del diario 'El Comercio' el 5 de junio de 1988, que puede inducir a los fieles a la falsa conclusión que es lícito a los católicos adherirse a la Masonería, el Consejo Permanente del Episcopado quiere recordar los pronunciamientos del organismo que goza de la máxima autoridad doctrinal en la Iglesia, la Congregación para la Doctrina de la Fe", dice el Comunicado de la Conferencia Episcopal.

Citando textualmente un documento del dicasterio sobre la masonería emitido en noviembre de 1983, la Conferencia Episcopal recordó que ante "la pregunta de si ha cambiado o no el juicio de la Iglesia respecto a la masonería, ya que en el nuevo Código de Derecho Canónico no está mencionado expresamente como lo estaba en el Código anterior", el dicasterio enseña que "dicha circunstancia es debida a un criterio de redacción seguido también en el caso de otras asociaciones que tampoco han sido mencionadas por estar comprendidas en categorías más amplias".

 

"Por tanto, no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenecen a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión", continúa citando textualmente.

El segundo de los documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe citados por el Episcopado Peruano es la Declaración del 17 de febrero de 1981, en la que el dicasterio aclara que "no ha sido modificada en modo alguno la actual disciplina canónica que permanece en todo su vigor", por la cual se "prohibe a todos los católicos, bajo pena de excomunión, inscribirse en las asociaciones masónicas y otras semejantes".

 

Ambos documentos aclaran también que no es competencia de las autoridades eclesiásticas locales -incluidas las Conferencias Episcopales- pronunciarse sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas con juicio que implique la derogación de las normas canónicas establecidas. El Consejo Permanente del Episcopado Peruano recordó que las sectas masónicas "presentan un modo de concebir a Dios, la fe, la libertad, la tolerancia y la moral que son incompatibles con la fe cristiana".

Los Obispos peruanos explicaron que Dios "es mucho más que un Gran Arquitecto del Universo que ordenaría una materia que pudiese existir independientemente de él" -como proponen los masones- y afirmaron que la fe cristiana exige "confesar que la revelación máxima, definitiva e insuperable que Dios hace de sí mismo se realiza en Jesucristo" y no en un dios meramente ordenador e impersonal.

 

La Comisión Permanente del Episcopado también criticó el pluralismo indiferenciado respecto de la religión de la masonería y aclaró que la verdadera libertad supone la verdad, por lo cual "la tolerancia de opiniones sinceras de los demás no puede consistir en tener por igualmente legítima todas las opiniones dándoles el mismo valor". "La unidad de la humanidad no se logra poniendo la verdad entre paréntesis".

"En cuanto a la moral, una vida correcta y una filantropía que se pensaran válidas en sí mismas y que no quieren referirse a la ley de Dios y a su amor no son de ningún modo suficientes para la realización del hombre", dice el documento y añade: "Para un creyente la mediación de su fe para su moral es indispensable, así como la mediación de la Iglesia para su fe".

Finalmente, la Comisión Permanente alerta a los católicos a ser conscientes de que "la adhesión a la Masonería tiende a debilitar en sus miembros la fuerte convicción en su propia fe a relativizar todas las creencias y mina las motivaciones hondas de su vida personal y social".

"El hecho de que algunos creyentes que se adhirieron a la Masonería no vean contradicción de ésta con su fe se debe con toda probabilidad a que, por una parte, no conocen todo lo que esta organización va descubriendo a sus adeptos sólo poco a poco, y a que, por la otra, no estén adecuadamente formados en la doctrina cristiana", concluye.

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