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- Creado: 15 Septiembre 2014
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Después de décadas de protestas, controversias y batallas legales, cayó el último tabú en el tradicional desfile del día de San Patricio en la Quinta Avenida en Nueva York . Una manifestación "laica", pero con indudables raíces católicas. El 17 de marzo del próximo año, de hecho, se les permitirá desfilar incluso a grupos de homosexuales con sus insignias. El primer grupo gay que desfilará por la Quinta Avenida con su bandera en el día en el que se celebra el santo patrón de Irlanda y de la Gran Manzana estará compuesto por empleados de NBC, la cadena que emite en directo todos los años el evento.
La belleza es que como "Gran Mariscal", esto es, como invitado de honor para lo que será la edición 254 del desfile – la primera con una representación oficial de los homosexuales como tales – los organizadores han querido sentar en esta ocasión al cardenal arzobispo Timothy M. Dolan de Nueva York, que ha aceptado y asistirá al desfile desde las gradas de la catedral de San Patricio.
La decisión del cardenal sorprendió a algunos comentaristas católicos. En el "National Catholic Register "de 3 de septiembre, Pat Archbold se lamentó de que, al aceptar la invitación, el cardenal ha hecho expresa " la aceptación pública de carácter normativo de la identidad gay ", incluso desde un punto de vista católico.
Contra el criterio del predecesor de Dolan en la cátedra de Nueva York, el cardenal John J. O'Connor, que siempre se opuso enérgicamente a la presencia de homosexuales en la marcha organizada por St. Patrick. Y contra el criterio del Catecismo de la Iglesia Católica, no uno antiguo, sino el nuevo, el de 1997, que todavía incluye " el pecado de Sodoma "- similar al de homicidio voluntario, la opresión a los pobres y el fraude de los salarios trabajadores – entre los cuatro pecados que "claman al cielo."
Parece poco probable el hecho de que los homosexuales organizados que marcharán a lo largo de la Quinta Avenida el 17 de marzo lo hagan con ceniza en la cabeza, dándose golpes en el pecho por sus pecados y expresando la firme intención de no volver a cometerlos más.
Cada vez es más evidente que en la Iglesia Católica, o más bien en grandes sectores de la catolicismo del primer y segundo mundo, la percepción de este pecado, del que una vez se dijo que clama al cielo por su gravedad, está lenta pero inexorablamente escapando como una reliquia del pasado.
Con un cambio de criterio moral similar, aunque en la dirección opuesta de ilícitos a lícitos a lo que ocurrió en los siglos pasados con respecto a la esclavitud está ocurriendo hoy en día con respecto a la pena de muerte.
Por supuesto, sería en este caso de una ruptura emprendido "praeter Scripturam" fuera salvo en contra de las Sagradas Escrituras, como dijo en 2011 el teólogo valdense Paolo Ricca a sus hermanos que acababan de dar luz verde a la bendición de "matrimonios" entre personas del mismo sexo. Una ruptura no sólo con dos mil años de tradición ininterrumpida de la Iglesia, sino que también contra las claras palabras del Antiguo Testamento y de San Pablo en el primer capítulo de Romanos.
Pero ya no faltan teólogos y pastores católicos – como fue el caso entre los valdenses con Rich – que están prestos a explicar cómo no se debe tomar a San Pablo literalmente, sino interpretado en el "contexto" de su tiempo, influenciado por los prejuicios patriarcales "y" de desprecio étnico-religioso "inaceptable hoy.
Bill O'Reilly, un portavoz del comité organizador del desfile, dijo el 8 de septiembre a la " Catholic News Agency "que la decisión de hacer desfilar a los grupos de homosexuales también nace también del cambio de tono en la Iglesia ", que se ha vuelto más compasiva, vista la forma de la que habló de ellos el Papa Francisco.
Por Sandro Magister
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